[Crítica] Nimona (2023)

Un estupendo acierto por parte de Netflix

2023 fue un año muy destacable para los fans de la animación, con obras tan llamativas como El Chico y la Garza, película que tendía la mano al espectador y le invitaba a un viaje personal hacia los adentros de su director, Hayao Miyazaki, Robot Dreams, cinta española que captó interés internacional (y que espero ver más pronto que tarde) o la película que nos ocupa, Nimona, probablemente el trabajo más redondo que involucró a la extinta Blue Sky Studios desde la primera entrega de Ice Age.

Nimona sigue los pasos del caballero Ballister, alguien ejemplar que se ha convertido en víctima de una conspiración que le culpa del asesinato de una figura importante del reino. Ballister, quien tenía un futuro prometedor por delante, una pareja que le amaba y el respeto de los que le rodea, será buscado y tratado como un criminal. Desamparado y con el objetivo de demostrar su inocencia, conocerá a Nimona, un ser capaz de cambiar de forma con el que establecerá un vínculo debido a que ambos se encuentran solos y tratados como monstruos.

Polos opuestos que se unen en una aventura que no aburre

Esta unión es uno de los pilares de la trama, una alianza que perfila rápidamente la personalidad de ambos personajes y que ayuda a que la película arranque en poco tiempo, dejando claro la meta propia que tiene Ballister en la trama. Entre los dos, Nimona acaba ganando por goleada en cuanto a carisma, ya que la podríamos considerar un show andante, a ratos encantadora, a ratos una polvorilla, pero siempre con un corazón de oro cuya brillantez podremos ver exclusivamente si nos quitamos las ataduras de los prejuicios y tratamos de amar aquello que guarda ciertas diferencias con nosotros mismos. Y este es precisamente uno de los mensajes clave que tiene la película, transmitiéndolo al espectador a través de los vistosos poderes de la chica o directamente por algunos momentos de su pasado.

Una historia sencilla, con importantes mensajes y un ritmo que no decae

Si es cierto que me ha faltado algunas escenas más que me muestren una unión fuerte entre Ballister y Nimona, más situaciones que realmente me hagan pensar lo mucho que se necesitan o que directamente son los que mejores se entienden. En ese sentido, Nimona la considero muy ligera, con un vínculo que se potencia más por la situación que pesa ambos personajes más que por las vivencias que empiezan a tener ambos tras ser señalados de criminales y monstruos. No faltan altibajos, comedia y diálogos que buscan la empatía y abrir el corazón, pero me ha faltado un poco más en ese sentido.

Pese a todo, tanto Ballister como Nimona conjugan bien en los momentos de acción y aventura, no hay un trato frío entre ambos, se divierten e invitan al espectador a pasarlo bien con ellos. También creo que la película acierta priorizando, ya pasado el ecuador de su metraje, en los demonios internos que cargan cada uno a sus espaldas. Por ello, me gusta identificar a Nimona más como una película sobre la aceptación y ganarse el respeto que uno mismo siempre mereció antes que una historia de amistad en sí.

Gran parte de la comedia de la película recae en el enérgico y entusiasta comportamiento de Nimona

Visualmente, Nimona entra muy bien por los ojos, especialmente por el buen uso del color en todo el metraje, destacando especialmente los flashbacks de nuestra protagonista. También me sorprendió positivamente lo bien que han sabido combinar tecnología avanzada con una predominante estética medieval, sin apartarse de bellos paisajes naturales, callejones estrechos bañados por luces de neón, interiores palaciegos o armamento y vehículos a caballo entre moderno y antiguo. Esto da a la película una personalidad más propia y hace que sea aún más agradable de ver. Agradable también su banda sonora, cañera, acorde a la personalidad desenfrenada del personaje que da nombre a la cinta.

En cuanto a los personajes, Nimona es la que se lleva la palma sin duda alguna. Ella se encarga de dar gran parte del dinamismo de los diálogos, mucha de la comedia que veremos es gracias a su alocada personalidad y las situaciones impredecibles que ofrecen sus poderes. Con ella también tenemos la subtrama más dramática que focaliza la película, dejándonos en el clímax de la misma la escena que más recordaré de todo el largometraje, la cual está protagonizada por una gigantesca y antigua estatua que se encuentra en el centro de la ciudad que sirve como escenario principal de esta historia.

Nimona combina una estética que recuerda al cyberpunk con elementos claramente medievales en el vestuario y armas que utilizan sus personajes más importantes

Desgraciadamente, el antagonista principal de la película pasa muy desapercibido, la revelación de su identidad sucede demasiado pronto, tanto, que llegué a pensar que había alguien más moviendo los hilos a distancia. Tampoco logra transmitir sensación de peligro en las situaciones más comprometidas para nuestros protagonistas.

Pese a todo, Nimona ofrece un entretenimiento más que correcto, que sobresale por encima de la media sin mucho esfuerzo. Da justamente lo que te esperas de ella, se esfuerza en tratar bien la química de su dúo protagónico y cuenta además con un ritmo acertadísimo que hace que no mires en ningún momento el reloj. Y para las sensaciones de viaje agradable que trata de transmitir la película, esto es un acierto enorme. Sin duda, se ganó a pulso su merecidísima nominación al Óscar a mejor película de animación.

7.5/10



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